Gilberto Cruz Lasalle pasó del béisbol a la lucha libre, convirtiéndose en un luchador profesional dedicado a su oficio, siempre enfocado en querer ser el mejor para el deleite de la fanaticada.
Desde pequeño, Cruz siempre tuvo interés por la lucha libre, pero nunca había tenido la oportunidad de practicarla, pues se había dedicado a deportes como el béisbol, baloncesto, pista y campo, taekwondo y karate. Más adelante, eso lo llevó a formar parte de la Liga de Béisbol Superior Doble A en el equipo de los Maceteros de Vega Alta.
En el periodo en el que estuvo activo en la Doble A, Cruz sufrió una lesión que lo llevo a retirarse por un tiempo del parque. Aun así no se alejó del juego por completo, ya que mientras se recuperaba comenzó sus estudios para convertirse en árbitro de ese deporte.
Al realizar una buena labor como oficial de béisbol, se fue a los Estados Unidos a recibir entrenamiento en la Jim Evans Academy of Professional Umpiring en Florida. Al culminar, recibió un contrato ejerciendo como árbitro de béisbol profesional durante unos cuantos años, donde tuvo la oportunidad de arbitrarle a jugadores como Alex Cora e Hiram Bocachica.
Pero, con el tiempo, la venita de la lucha libre comenzó a picar más, hasta que un día mientras estaba en la barbería de sus amigos, Fabian y Daniel, presentaron un DVD de una lucha que ellos habían realizado. Entre los presentes en la barbería comenzaron a vacilar y a reírse, hasta que le preguntaron a Cruz su opinión. Él aseguró que podía hacerlo mejor y lo tomó como un reto. Entre los tres compraron un ring y lo pusieron en el patio de Cruz, donde comenzaron a ver vídeos de las movidas y practicar lucha libre.
Durante una de sus visitas al gimnasio al que asistía usualmente, le presentaron a un conocido de Savio Vega, a quien le explicó su interés de querer adentrarse en el negocio de la lucha libre. Para ese tiempo, Cruz se encontraba practicando y quería tener la oportunidad de realizar un ‘tryout’ para saber si tenía el talento necesario para ser un luchador profesional o no.
El debut
Cuando Vega habló con él, le dio la oportunidad de realizar un ‘tryout’, pero le pidió que trajera a un compañero con quien hacer la prueba. Cruz llevo a un amigo con él, ambos subieron al ring, realizaron la lucha y no les dijeron nada. A la semana siguiente, cuando Cruz miraba la televisión vio a su compañero que lo habían seleccionado.
“Diache que porquería yo soy. No sirvo para esto. Pero había algo dentro de mí que decía no te quites todavía, sigue, pule dos o tres cosas, los defectos que tienes, las debilidades que tienes para que sigas hacia adelante”, dijo Cruz en exclusiva con EL VOCERO.
Al mes de los eventos ocurridos, Vega lo llamó para debutar en la International Wrestling Alliance (IWA), ya que lo habían dejado en espera porque querían traerlo bien. La compañía tenía una idea de cómo querían utilizar el talento de Cruz y poder introducirlo con una buena historia. Fue así como debutó en el 2010 como “The Future Hall of Famer”.
“La teoría con la realidad es bien diferente. La adrenalina es bien diferente. Ahí yo entendí que sí tenía potencial, pero que me tenía que seguir educando si quería ser uno de los mejores. Siempre esa fue mi meta. Si yo entro en esto tengo que sobresalir, no creerme el mejor. Siempre he dicho a mis amigos e hijos, que si tu empiezas un proyecto en tu vida y vas con la mentalidad de que puedes fracasar, ya fracasaste. Tienes que ir con la mentalidad fuerte, hacia adelante. Y eso fue lo que hice y lo que me ayudó bastante. Ese poder que uno tiene dentro”, afirmó Cruz como clave hacia el éxito.
Desde sus inicios en IWA era el técnico “baby face”, pero había algo dentro de Cruz que no le convencía mucho, pues sentía que no encajaba y que dentro de él había un rudo ansioso por salir. Fue en la Cancha Pepín Cestero, de Bayamón, donde Cruz se cambió al bando de los rudos durante un combate contra “Ravishing” Rick Rude.
Cruz estuvo activo por seis meses para la International Wrestling Alliance (IWA), convirtiéndose en Campeón Intercontinental y Campeón en Pareja junto a Rick Stanley.
La llegada a la universidad de la lucha libre
De IWA llegó a la World Wrestling Council (WWC), donde su primer feudo fue con “Mr. Rayting” Ray González, costándole el Campeonato Universal contra Shelton Benjamin. En ese momento, Cruz buscaba una manera de resaltar en los cuadriláteros. “Estoy tratando de romper en el negocio, de ser una figura importante. Pues tengo que ser malo. Tengo que ser malo y tener mi propia sección. Y tengo que tener invitados y humillarlos. Y así ganarme el desprecio de la fanaticada en la lucha libre. Y así lo hice y batallé”.
Cruz llevó la idea de crear un segmento que fuera de él, el cual quería llamar “Gilbert’s Coner”. Pero la producción no estuvo muy de acuerdo con el nombre ya que era en inglés y buscaban algo que fuera en español y que pegara con la fanaticada. Fue así cómo nació La Opinión de Gilbert, un segmento donde Cruz hacía de las suyas. Entre sus invitados estuvo Rico Suave, Carlos Colón, Maelo Huertas (El Invader #4), Johnny Rivera (El Invader #3) y un especial con José Huerta (El Invader #1), quien se convirtió en su rival más relevante en ese periodo.
“La sección me dio mucho tiempo en pantalla, me puso en el ojo de muchos fanáticos. La Opinión de Gilbert fue una cosa bien hecha, bien estructurada y eso me abrió las puertas a lo que viniera después”, aseguró Cruz.
A solo 11 meses de haber llegado a la empresa, Cruz se encontraba de cara a realizar una de las luchas más memorables de su trayectoria y ese primer gran momento. En el evento Aniversario 2011, Cruz se vería cara a cara con El Invader #1 como parte de la lucha estelar de la noche.
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“El Invader es una persona que yo admire desde muy joven. Cuando tú te pones de frente a una persona así, tú dices ‘wow estoy aquí’. Pero ya no hay reversa. No puedes mostrar timidez e inseguridad. Ya metiste un pie al bote, tienes que seguir para adelante. Y mi mentalidad siempre fue esa. Puedo estar nervioso, pero no lo voy a demostrar. Voy a proyectar seguridad. Y creo que eso fue lo que gusto mucho a la gente. Mi persona”, relató Cruz.
“Creo que si hubiese sido diferente no hubiese funcionado. Creo que fue perfecto. Llegue en un momento que la lucha libre estaba pidiendo a gritos unas caras nuevas, estaba pidiendo a gritos un cierto renacer. Yo le di ese ‘refresh’ con mi actitud arrogante, los trajes, la forma en la que hablaba y me comportaba. Y eso fue lo que gusto”, aseguró Cruz.
El primer campeonato que Cruz se ganó en la empresa fue el Campeonato de Puerto Rico, que ha pasado por la cintura de muchas leyendas como José Miguel Pérez Sr., Carlos Colón Sr. El Invader #1, Ray González, Hércules Ayala, King Tonga (Haku), entre muchos otros. De ahí en adelante continúo adquiriendo los diferentes títulos de la empresa, como el Campeonato del Caribe, Campeonato en Pareja junto a Pedro Portillo y el anhelado Campeonato Universal.
The Precious One en el extranjero
Para el 2012, Cruz hizo su debut en la empresa Fighting Spirit Wrestling, de Nueva York, donde estuvo activo por un año. En ese momento era el Campeón Universal de la WWC cuando la gerencia de la compañía neoyorquina se contacta con él para llevarlo fuera de Puerto Rico.
En su primer combate para la empresa se enfrentó a Shane Douglas y Homicide por el Campeonato Peso Pesado de FSW, del cual salió victorioso. Una vez campeón de la WWC y FSW, tuvo un encuentro con Chavo Guerrero, en el cual se destacó como un excelente combate y buen contrincante.
Disciplina y respeto ante todo
En el 2014 estuvo por un periodo en la World Wrestling League (WWL) y luego se regresó a la WWC, donde se encuentra actualmente ejerciendo.
“El Gilbert de hoy es un luchador profesional maduro, en todo el sentido de la palabra. Puedo ver el negocio como realmente lo es, como un negocio. Muchas veces sin ego, no hace falta tener ego. Si hace falta creer en uno mismo, que son dos cosas diferentes, y tener seguridad. Pero egos dentro del negocio son malos, estancan el negocio, estancan la lucha libre”, comunicó Cruz.
“La WWC fue la que me consagró. Yo me hice luchador, yo me hice gente cuando llegue, cuando pise la WWC. Te da la plataforma a nivel internacional de tu proyectarte y demostrar tu talento. La WWC lleva 52 años dentro de la industria y te enseña a buscar dentro de ti quien tu eres como luchador profesional”, expresó Cruz, actual Campeón de Puerto Rico.
Tras 14 años de trayectoria en el cuadrilátero, Cruz la describe como una montaña rusa de emociones, pues cuando se realizan las cosas que a uno le apasiona el tiempo pasa volando. Sin embargo, no todo ha sido color de rosa. Mas allá de haber sido campeón en múltiples ocasiones a lo largo de los años, también se ha acumulado lesiones; narices rotas, una clavícula rota que lo mantuvo fuera por cuatro meses debido a la operación, hombros dislocados, lastimaduras en el cuello. Aun así no se ha rendido.
La fanaticada ha jugado un papel muy importante en su carrera: sea que lo aplaudan o no, la adrenalina que se siente es tan única y diferente que hasta cierto punto es adictivo, aseguró. Ese fuego y pasión que brindar los fanáticos en cada una de sus luchas han sido vitales para su desempeño y querer cada día ser mejor.
“Si usted quiere hacer algo, y realmente you wanna do it, do it, hágalo. Y eso tiene que tener un fuego interno dentro de usted, de creer en usted mismo y educarse. Porque es que sin educación no podemos llegar a ningún lado. Y es mejor tener disciplina que talento. Disciplina siempre vence al talento, siempre, en cualquier deporte. Sea disciplinado, busque una persona que lo oriente por el buen camino y hágalo”, afirmó Cruz.
“Me llevo el calor de la gente, me llevo la experiencia vivida con esos veteranos con los que nosotros nacimos. Gente como Chicky, El Invader, Carlos Colón. Yo nunca pensé interactuar a nivel profesional con ese tipo de persona, que es bien gratificante. Hacer grandes feudos contra Ray González, ayudar a esta juventud que se tiene que quedar con esto, porque no hay de otra. Cuando yo me vaya de la lucha libre, porque no somos eternos, los que vienen subiendo que digan Gilbert nunca se guardó un buen consejo… y que digan Gilbert nos ayudó. Porque si yo los ayudo a ellos, estoy ayudando al negocio. Y no hay nada más grande que el negocio, no existe” concluyó Cruz para la serie de Boricuas en la Lucha Libre.
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