La llegada de un nuevo año siempre nos anima a empezar desde cero y dejar atrás hábitos o conductas que no aportan a nuestra salud y calidad de vida; y para lograrlo, armamos eufórica y ambiciosamente una lista de propósitos y metas para alcanzar. Sin embargo, muy pocas veces cumplimos con estas resoluciones de año. Esto ocurre porque lo fundamental detrás de todo, no es qué o cuánto se haga, sino que esa meta trazada sea significativa para nuestras vidas. Si queremos lograr cambios que se conviertan en hábitos y rutinas, hay que hacer cambios y modificaciones que sean reales, medibles y sostenibles. A continuación, comparto 10 estrategias para lograr que este nuevo año sea uno más saludable:
1 Visitar a un especialista en salud o nutrición. De esta manera, este especialista de salud podrá ayudarte a identificar tus necesidades nutricionales según tus hábitos y condiciones de salud.
2 Aumentar el consumo de agua. La sugerencia es consumir la mitad de tu peso en onzas o dividir tu peso entre 16. El resultado es la cantidad de vasos de 8 onzas que debes tomar al día.
3 Incrementar el consumo de fibra. Puedes asegurar lograr esto simplemente añadiendo frutas y vegetales a tu dieta diaria. Comienza el reto de “5 al día”, que propone consumir diariamente dos frutas o tres vegetales. Los gramos de fibra que la población general debe consumir todos los días fluctúan entre 20 a 25 gramos.
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4 Añadir proteínas de origen vegetal a tu vida. Recuerda que opciones excelentes de proteína son: habichuelas, almendras, maní, mantequilla de nueces, lentejas y gandules, entre otros.
5 Emparejar los carbohidratos con alguna proteína o grasa saludable. Un ejemplo para lograr un balance entre el consumo de ambos, sería consumir una manzana con mantequilla de maní y humus con pan pita o zanahorias.
6 Consumir cerezas diariamente (‘blueberries’, ‘raspberries’ o ‘blackberries’) estas pueden ser frescas o congeladas. Su consumo garantiza vitaminas, fibra, antioxidantes y múltiples beneficios a la salud.
7 Añadir una cucharada o dos, de semillas pequeñas a tu dieta diaria. Buenas opciones en este particular son la incorporación de chía o linaza a tu dieta de todos los días, pero estas deben ser consumidas de forma molida para que el cuerpo pueda absorberlas.
8 Comer nueces todos los días. Añadir un puñado de nueces a tu dieta diaria, sea como merienda o incorporada a tus platos principales, te ayudará a disminuir la inflamación relacionada con las enfermedades y accidentes cardiovasculares.
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Incorporar estos pequeños cambios en tus hábitos de alimentación podrán traer grandes beneficios a tu salud. Y si crees que serán difíciles de lograr, te invito a enfocarte en aquellas cosas que puedes añadir a tu alimentación en beneficio de tu salud, en vez de estar preocupado por aquellos productos o comidas que deberás eliminar de tu dieta diaria.
La autora es doctora en Nutrición Clínica, Nutricionista y Dietista, educadora certificada en diabetes. Puedes escribirle a: alanamarrero@gmail.com
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