¡Hablemos de sexo una vez más! Espero que se encuentren muy bien, mis amores. Ya descansando algunos estos días.
Les comparto una consulta que me hizo una pareja joven. Llevan varios años de matrimonio, en el cual han podido tener relaciones sexuales muy pocas veces. Esto, especialmente, debido a una condición que padece ella, la cual le genera incomodidad y a veces dolor durante la penetración. Como en todo proceso de consulta sexológica, se trabaja el aspecto médico y se refiere al profesional necesario. Luego de un tratamiento y medicamentos, la mujer puede tener penetración sin mayor malestar o dolor, haciendo uso de lubricantes y con posiciones sexuales que permitan liderar el ritmo y movimiento. Hasta aquí todo bien, pero ella expresa sentir poco deseo sexual y en ocasiones nada de deseo sexual.
Es aquí donde quiero que nos enfoquemos en esta columna, porque sé que muchas más personas pueden tener la misma inquietud. Su esposo, preocupado, pero muy dispuesto a trabajar juntos para potenciar su vida sexual en pareja, me expresa que ya han intentado “de todo”, especificando que han comprado juguetes, dilatadores, cremas, lubricantes, etc.
¡Hola, mis amores! Una vez más, acá listos para educar y compartir información valiosa para …
Aquí fue donde hice el alto y les expliqué que esa instrumentología es superútil y creativa, pero que realmente no lograremos mucho si no cambiamos de “mindset”. Es decir, si no transformamos ese conjunto de ideas y creencias que son las que nos están limitando a experimentar en el sexo. Es común que algunas personas expresen que se sienten bien con la cantidad y dinámica del sexo que practican, pero que genuinamente no se sientan del todo bien y que simplemente estén evitando enfrentarse y exponerse a un cambio de perspectiva.
Hay tres elementos que me interesa trabajar en consulta cuando existe una falta o disminución del deseo sexual.
Primero, el historial sexual. Es decir, qué ocurrió antes de que comenzara el cambio en el deseo sexual. ¿Hubo un problema de salud física o emocional? ¿Experimentó una ruptura de relación o un tipo de infidelidad? Evaluar qué podría influir en ese cambio del deseo sexual, que vendría siendo la disposición o apertura a tener relaciones sexuales, ya sea en pareja o en su práctica privada.
Lo segundo es el tema de las creencias, pues es una de las razones principales por las que podemos alejarnos de nuestra esencia sexual. Es decir, pensar que el sexo es malo, que es pecado, es inmoral tener fantasías sexuales, que, en el caso de la mujer, debe responder solo al deseo de su pareja. Este tipo de creencias, y muchas más enfocadas en la experiencia de cada uno, pueden provocar que disminuya el deseo sexual. Pero ya saben, cada caso es único y se debe trabajar de manera específica. Estos son solo algunos ejemplos.
Y, en tercer lugar, ¿qué estamos haciendo para crear un ambiente sexualmente sano?
¡Hola, mis amores! Gracias a todos los que nos acompañaron en nuestro primer taller Toc.Arte…
Aquí hay varios elementos, el primero de ellos la relación de pareja y la relación con nosotros mismos. Es decir, cómo estoy llevando a cabo esta relación de pareja. No es nada raro que si la relación está presentando ciertas dificultades en comunicación, por ejemplo, o diversos conflictos como pareja, disminuya el deseo sexual a causa de la incomodidad que se percibe en el clima de la relación. Pero también es cierto que hay ciertos estilos de relación, no necesariamente sanos, en los que el sexo es principalmente lo que los une, aunque todo lo demás vaya mal. No aconsejo este tipo de vínculos. Recordemos que la sexualidad es integral, así que lo sano es que se cumpla con un equilibro en todos los aspectos de individuo.
Otro elemento importante en el ambiente sexualmente sano es la creación de fantasías y complicidad en pareja. Las fantasías no son más que imágenes mentales que usamos en un momento particular para aumentar el grado de excitación durante el acto sexual. O incluso, para generar ese impulso sexual. Las fantasías sexuales no tienen que, necesariamente, cumplirse o realizarse. De hecho, no estamos obligados a contarlas a nuestra pareja, pero sí les invito a que puedan conversarlas y hacer uso de ellas en su práctica sexual. En consulta, les podemos ayudar a crearlas, identificarlas o expresarlas en pareja.
Finalmente, aquí está la esencia de esta consulta y esta columna. En el sexo, tú eres prioridad. Un juguete erótico, una pieza de ropa, una música o un lugar son elementos muy útiles que bien gestionados, pueden ayudarnos a potenciar grandemente nuestra vida sexual individual y en pareja. Pero ¿qué piensas tú del sexo? ¿Cuál es tu motivación real para tener relaciones sexuales? ¿Cómo describirías tu vida sexual en este momento? Pensar en esto nos centra en lo que somos capaces de experimentar y de manifestar en el sexo. Pero debe comenzar con nuestra salud sexual, emocional y física. No podemos utilizar un vibrador, por ejemplo, como un trampolín para el orgasmo, cuando el elemento principal y más importante para lograrlo es nuestra mente.
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