De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), dormir bien permite al cuerpo revitalizarse, renovarse y reponerse. Pero más que ayudar al descanso físico, los buenos hábitos de sueño ayudan a que, tanto el sistema inmunitario como el aspecto cardiovascular funcione mejor.
Los profesionales de la salud establecen que perder el sueño —bajo cualquier circunstancia— o no descansar lo recomendado por tu médico puede afectar la concentración y la memoria, así como aumentar el riesgo de presentar problemas de salud como alta presión, obesidad y enfermedad cardiovascular.
“Los adultos deben aspirar a un promedio de 7 a 9 horas y los bebés y los niños necesitan más dependiendo de su edad. Desafortunadamente, sabemos que 1 de cada 3 personas no duermen la cantidad de sueño recomendada cada noche”, afirman los doctores Donald M. Lloyd-Jones, expresidente voluntario de la Asociación Americana del Corazón (AHA, en inglés) y director del Departamento de Medicina Preventiva, y Eileen M. Foell catedrática de investigación cardiovascular y profesora de medicina preventiva, medicina y pediatría en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
Entre los riesgos asociados al poco descanso o patrones de sueño inconsistentes, está el aumento de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, depresión y deterioro cognitivo.
Asimismo, una investigación publicada en el “Diario de la American Heart Association” reveló que investigadores encontraron que quedarse dormido a diferentes horas o dormir una cantidad inconsistente de horas cada noche, incluso variaciones de más de dos horas por noche dentro de la misma semana, estaban relacionados con el desarrollo de endurecimiento de las arterias, lo que se conoce como aterosclerosis.
Con esto en mente, tanto los CDC como la AHA instan a respaldar la salud cardiovascular manteniendo un estilo de vida saludable diariamente con las siguientes recomendaciones:
1 Procura seguir una dieta balanceada durante el día y evita consumir comidas abundantes, cafeína, líquidos o alcohol antes de dormir para evitar despertar en la noche para ir al baño.
2 Acuéstate y despierta todos los días a la misma hora, incluidos los fines de semana. De ser necesario, coloca alarmas que te permitan crear una rutina y cumplir con los horarios específicos para dormir. Para lograrlo, una vez que suene la alarma de la hora de acostarte, pasa a un ritual como cepillarte los dientes, lavarte la cara o tomar un baño tibio. Igualmente, para levantarte todos los días.
3 Absorbe la luz del sol de la mañana para aumentar los niveles de melatonina, una hormona importante para dormir.
4 Realiza actividad física regularmente, esto te ayudará a controlar el estrés y fomentar una noche de sueño saludable.
5 Evita fumar cigarrillo o “vapear”.
6 Toma unos minutos para relajarte y desestresarse. Para esto, considera leer un libro, escribir un diario, meditar o escuchar música que fomente el descanso.
7 Saca los dispositivos electrónicos, como los televisores, las computadoras y los teléfonos inteligentes de la habitación. Un dormitorio sin luz ni tecnología equivale a dormir mejor, así que establece un horario para prescindir de su uso, al menos, una hora antes de la hora de dormir para así alejar estos artefactos de la cama.
8 Asegúrate de que tu habitación sea silenciosa, oscura, relajante y que tenga una temperatura cómoda.
9 Evitar o limitar las siestas durante el día también puede ayudarte a conciliar el sueño en la noche.
10 Consulta con tu médico sobre otros cambios de estilo de vida. Estos son desde consumir vitaminas y minerales que puedan ayudarte a mejorar la rutina de sueño, hasta controlar el colesterol y el nivel de glucosa en sangre, además de mantener un peso saludable y así mejorar tu salud cardiovascular.
Más información sobre la importancia del sueño para la salud del corazón en: www. heart.org.
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