Este año parece mucho mejor para la economía estadounidense de lo que preveían los economistas empresariales hace tan sólo unos meses, según una encuesta publicada el lunes.
La economía crecerá un 2.2% este año, una vez ajustada la inflación, según la Asociación Nacional de Economía Empresarial. Esta cifra es superior al 1.3% que preveían los economistas de universidades, empresas y sociedades de inversión en la encuesta anterior de la asociación, realizada en noviembre.
Es la última señal de fortaleza de una economía que ha hecho saltar por los aires las predicciones de recesión. Se pensaba que los tipos de interés elevados, destinados a controlar la inflación, frenarían la economía. Los tipos altos frenaban la economía, por ejemplo, encareciendo las hipotecas y las tarjetas de crédito, con la esperanza de que la inflación se quedara sin combustible.
Pero incluso con los tipos muy altos, el mercado laboral y el gasto de los hogares estadounidenses se han mantenido notablemente resistentes. Esto, a su vez, ha aumentado las expectativas de cara al futuro. Ellen Zentner, economista jefe para EE.UU. de Morgan Stanley y presidenta de la NABE, dijo que una amplia gama de factores están detrás de la subida de 2024, incluyendo el gasto tanto del gobierno como de los hogares.
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Los economistas también han duplicado con creces sus estimaciones sobre el número de puestos de trabajo creados en la economía este año, aunque es probable que siga siendo inferior al anterior.
Otro estímulo es el hecho de que la inflación se haya enfriado desde su máximo de hace dos veranos.
Aunque los precios son más altos de lo que los consumidores desearían, no aumentan tan rápidamente como antes. La inflación se ha ralentizado lo suficiente como para que la mayoría de los expertos encuestados esperen que los recortes de los tipos de interés comiencen a mediados de junio.
La Reserva Federal, encargada de fijar los tipos a corto plazo, ha dicho que es probable que los recorte varias veces este año. Eso relajaría la presión sobre la economía, al tiempo que haría bajar los precios de las acciones y otras inversiones.
Por supuesto, los cambios en los tipos tardan mucho tiempo en llegar a la economía y surtir pleno efecto. Esto significa que las subidas anteriores, que empezaron hace dos años, aún podrían llevar a la economía a una recesión.
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En su encuesta, la NABE señaló que el 41% de los encuestados citó los tipos altos como el riesgo más importante para la economía. Esta cifra duplica con creces cualquier otra respuesta, incluidos los temores a una posible contracción del crédito o a la extensión de las guerras en Ucrania u Oriente Medio.
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