En la década de los 70, el joven Juan Rivera Rodríguez se enamoró de la lucha libre. Era en su pueblo de Vega Alta donde podías encontrarlo a él y los niños del barrio jugando sobre un colchón, imitando los movimientos de los luchadores que veían a través de la televisión.
¿Pero de dónde surgió ese interés? Todo comenzó un domingo a las cinco de la tarde cuando encendió un pequeño televisor Hitachi, le dio vuelta a la rueda para cambiar los canales y se topó con el canal siete, el cual transmitía Titanes en el Ring (programa de lucha libre argentino).
“Cuando yo vi eso, la imagen que primero salió fue el público y el ring. Y, ¡BOOM!, eso fue algo que entró por mis ojos, se alojó en cerebro hasta el día de hoy, he buscado dónde está para sacarlo y que me deje quieto y no he podido”, dijo Juan Rivera Rodríguez en entrevista con EL VOCERO.
Luego, el amor se expandió hacia la lucha que se hacía en la Isla por la Capitol Sports Promotions, hoy día World Wrestling Corporation (WWC). Semanalmente asistía a las carteleras, ya que sentía que debía estar allí y ser testigo de lo que ocurría en el cuadrilátero.
Esto lo motivó a entrar en las artes marciales practicando el taekwondo. “Sin saber yo, que el arte marcial que estaba aprendiendo, el taekwondo que estaba aprendiendo me iba a ayudar, pero a nivel de 100% en la lucha libre. Porque es lo que usé cuando se hizo el personaje de TNT”, expresó al tiempo que aseguró que el deseo de convertirse en luchador era aún más latente.
En estas clases, uno de sus amigos había estado fuera por un año y cuando regresó, Rivera Rodríguez lo interrogó. Al descubrir que su compañero había estado luchando, le pidió que lo llevara a la escuela de lucha y así lo hizo.
“Quería estar allí todos los días. No tenía carro, no guiaba, me iba en bicicleta. Y de allá para acá por esa oscuridad en el campo. Arriesgado”, confesó Rivera Rodríguez, quien iba desde su hogar en Vega Alta hasta donde se encontraba la escuela de lucha en Dorado.
“Yo tengo muchos maestros, aprendí de mucha gente”, expresó Rivera Rodríguez, quien nunca tuvo un solo mentor que lo guiara de principio a fin, pues se dedicó a absorber el conocimiento de todos los maestros que se presentaron a lo largo de su carrera.
De esta manera, desarrollándose y asistiendo a cada evento de lucha libre que se celebraba, logró entrar a la Capitol Sports Promotions de la mano del maestro de maestros Isaac Rosario.
El Corsario
A mediados de la década de los 80 llegó El Corsario, quien luchó durante cinco meses en el estado de Louisiana para la Mid-South Wrestling. Luego se trasladó a México e hizo pareja con Maelo Huertas como Los Corsarios.
Allí, Rivera Rodríguez recuerda cómo realizaron una lucha de máscaras contra los luchadores mexicanos Los Brazos (Brazo de Plata y El Brazo), en donde hicieron y deshicieron. Sin duda alguna, se trató de una experiencia que se disfrutó mucho, la cual fue clave para encaminarlo hacia su debut en la isla caribeña.
La creación de “El Hombre Dinamita”
“TNT fue un experimento”, confesó Rivera Rodríguez, pues su personaje se creó en el momento, dándole rienda suelta a aquel luchador. No había nada establecido, no había ninguna forma de caminar, comportamiento, ni incluso vestimenta, lo único que tenía era el nombre de TNT, que su rostro estaría pintado y que debía afeitarse la cabellera.
Los trazos negros, rojos y blancos se plasmaron en el rostro de Rivera Rodríguez por primera vez de la mano del Rey de la Lucha Libre, Chicky Starr, dando vida al icónico “look” del luchador. En un inicio, la pintura que utilizaba no era la correcta y manchaba a sus contrincantes durante los enfrentamientos en el cuadrilátero, por lo que continúo experimentando con diferentes materiales hasta dar con el correcto.
Más adelante, los narradores de lucha libre Joaquín Padín (Hijo) y Hugo Savinovich le bautizaron como “El Hombre Dinamita” y “El Karateca Ninja”. “TNT pegó mucho aquí en Puerto Rico, porque para esos años era como un superhéroe. Era como ver a este personaje que tira patadas, brinca, salta, habla, se mueve; y a los nenes les gustaba eso”, declaró Rivera Rodríguez con mucho orgullo al conocer de fanáticos que para esa época de su niñez se pintaban los rostros igual que su personaje para jugar a la lucha libre o como disfraz para el Día de las Brujas.
Rivera Rodríguez hacía lo que le gustaba, que era estar sobre el cuadrilátero luchando. “Luego que tú estás dentro de esa olla, te das cuenta de que hay más ingredientes alrededor tuyo para darte el sabor que tú necesitas, para darte esa expertiz que te puede llevar a otro sitio”, mencionó TNT sobre haber logrado tener la oportunidad de compartir el ring con un sinnúmero de luchadores.
Estas luchas le abrieron camino en la tierra del sol naciente, Japón, gracias a que “La Máquina” Abdullah The Butcher lo introdujo al país nipón. La labor del boricua dejó encantado al público y al Gigante Baba, quien hizo que su estadía se extendiera por más tiempo.
“Allí está Terry y Dory Funk, Bruiser Body, Stan Hansen, Jimmy Snuka, los Youngbloods que estuvieron en Puerto Rico mucho tiempo, de Japón, Jun Busuruta que era de los grandes en esa época, El Gigante Baba. Yo estuve en uno de los torneos más grandes de la historia de esa compañía (All Japan Pro Wrestling) sin saberlo”, asegurando que durante todo ese tiempo se luchó lindo y bello por todo Japón.
También luchó para la New Japan Pro-Wrestling, fundada por Antonio Inoki, donde se midió con otros luchadores de una tremenda gama. Entre ellos se encontraban figuras como Yokozuna, Bam Bam Bigelow, Big Van Vader y Rikishi, donde la pasaron muy bien entre amistades dándose cocotazos aquí y allá.
Debut en la WWE y el nacimiento de Savio Vega
De Japón, el boricua llegó a la compañía americana World Wrestling Federation (WWF), hoy día World Wrestling Entertainment (WWE), donde debutó como Kwang en el año 1994. “Kwang era TNT con una máscara. Yo seguía siendo TNT básicamente todo el tiempo por unos años más, pero bajo una máscara. Y me encantaba el personaje porque era yo”, aseguró Rivera Rodríguez, que se sentía como una navaja bien afilada, en su “prime” y recorriendo el mundo junto a sus colegas de la industria.
Cuando se acercó la parada puertorriqueña en la ciudad de Nueva York, sus organizadores pidieron a la WWE un luchador boricua que formara parte del evento. Pero en ese entonces el único que tenía la compañía luchaba bajo una máscara y su nombre era Kwang. Fue aquí cuando la empresa decidió cambiar el personaje de Rivera Rodríguez tanto en físico, movimientos de lucha y hasta el nombre, dando lugar al Savio Vega que conocemos hoy día.
Durante una lucha en el primer pay-per-view (PPV) de In Your House en 1995, Razor Ramon (Scott Hall) se enfrentaba a Jeff Jarrett y The Roadie, cuando de entre la fanaticada entró Savio Vega, amigo de Razor, para ayudarlo contra sus oponentes. De esa manera, Vega se dio a conocer y fue creciendo rápidamente dentro de la compañía.
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Cuando se conviritó en rudo, en una cartelera celebrada en el Madison Square Garden en Nueva York, Savio se unió al grupo Nation of Domination (NOD), liderado por Faarooq. En un momento, surgieron problemas internos en el conjunto y Faarooq sacó a Savio Vega y Crush del equipo, por lo que el segundo formó Disciples of Apocalypse y Vega por su lado creó a Los Boricuas, junto a Miguel Pérez, José Estrada Jr. y Jesús “Huracán” Castillo Jr.
“Nos gozamos lo que estábamos haciendo porque íbamos cuatro panas oyendo música en español, en Estados Unidos, viajando, trabajando juntos, pasándola bien. Fue un momento bien chulo” expresó Vega al recordar la agradable experiencia que tuvo junto a sus compañeros como Los Boricuas. Estos se distinguían por vestir principalmente de blanco con sombreros, camisillas y pantalones, haciendo un guiño a la vestimenta de los hombres puertorriqueños que residían en esa década en el Bronx. Y junto a ellos, muy ondeante, la bandera de la Isla, la cual nunca podía faltar.
Durante su paso por la WWE, pudo enfrentarse a una gran cantidad de luchadores de renombre como Bret Hart, Stone Cold Steve Austin, The Undertaker, Goldust, Triple H, Yokozuna, por mencionar algunos. El único que no pasó por la sazón de Savio Vega fue Shawn Michaels. “Con todo el roster menos Shawn Michaels, se me fue a correr. Decía, no, este puertorriqueño me va a dar duro”, expresó Vega entre risas.
La lucha más memorable
El luchador que más caló fuerte durante su trayectoria fue Stone Cold Steve Austin. Cuando Austin hizo su tryout con Vega para la WWF, inmediatamente surgió una química espectacular entre ambos, tanto así que ambos luchadores se encontraban en el cuadrilátero con frecuencia para dar lo mejor de sí mismos alrededor del mundo, durante carteleras semanales, como los pay-per-view de In Your House, Wrestlemania XII y otros eventos.
Pero fue en el estado de South Carolina, cuando Savio Vega y Stone Cold realizaron una de las luchas más memorables de todas, el Caribbean Strap Match, para el evento de In Your House: Beware of Dog del 26 de mayo de 1996. En ella, ambos luchadores eran sujetados por una correa de cuero marrón amarrada a la muñeca del brazo izquierdo.
Debido al mal clima que ocurría esa misma noche en el estado, el coliseo se quedó sin luz en medio de la lucha. “Hicimos la lucha, como decimos nosotros, un ‘real dark match’ una lucha a oscuras. Lo único que había eran las luces de seguridad. Y que luchón hicimos ese señor y yo”, comentó Vega.
Al finalizar el combate y llegar al camerino, el luchador y productor Pat Patterson les comentó que debían repetir todo el pay-per-view, ya que no logró transmitirse debido a la falla eléctrica y lo iban a realizar nuevamente. “Nosotros nos bajamos de ese ring, todo lleno de cantazos, moretones, cansados. Para que te dieran la noticia de que vas a hacerla otra vez”, dijo Vega, quien aseguró que la primera lucha le encanto mucho más que la segunda. Aun así, no descarta que el segundo combate también se trató de un luchón.
Otros luchadores que también pondría en su lista de las luchas más memorables tras escenificar fuertes encuentros en el cuadrilátero son Goldust, Jason El Terrible e incluso el monstruo, la máquina, Abdullah The Butcher.
El malvado gerente general y el tío de la IWA
Savio Vega regresó a la Isla, y en el año 1999 junto a Víctor Quiñones crearon la International Wrestling Association (IWA). Ambos utilizaron la experiencia que habían adquirido en las diferentes compañías por las que pasaron para aportarla en su nuevo proyecto.
En un principio el gerente general de la IWA, Savio Vega, comenzó como un “tipo bien bueno”. Pero por consecuencia del mismo “roster”, que deseaban hacer lo que les diera la gana, Vega comenzó a cambiar las reglas y se debían hacer las cosas como él decía, si alguien no estaba de acuerdo podía irse, si así lo deseaba. Esto le dio lugar a la famosa frase del malvado gerente general, “A mi manera o pa’ la calle”, la cual vociferaba con un bate en la mano.
Un domingo, Día de los Padres, la compañía tuvo su evento en la tarde. Como de costumbre, Vega subió al ring a darle la bienvenida a la fanaticada. “Quiero felicitarlos a todos ustedes, en especialmente a sus padres, pero a ustedes, los hijos, siempre y cuando sepan quién es su papá. Y eso fue una lluvia de insultos, porque yo les había dicho si sabían quién era su padre. Pero les digo, tranquilos, no se enojen. Siempre en la familia tenemos un tío y yo voy a ser su tío. Así que, en el día de hoy, yo como tío de ustedes les doy las bendiciones”, dijo Vega, cuando a la próxima semana pegó tanto lo que dijo, que la fanaticada comenzó a llamarlo “Tío Savio”.
Aportaciones en la industria
Aparte de luchador, Vega ha tenido la oportunidad de ser el entrenador de una nueva generación de atletas de la lucha libre. Durante algún tiempo entrenó la división femenina conocida como “Knockouts” de la Total Nonstop Action (TNA), hoy día Impact Wrestling, en donde impulsó de gran manera el desempeño de las chicas en el cuadrilátero. Su buen trabajo le produjo tener los ratings más altos en los encuentros femeninos de la compañía.
Durante cinco meses, Vega fue entrenador de veinte luchadores de la empresa Ring Ka King, en la India. Tan pronto llegó al país, inmediatamente comenzó a entrenar a los chicos para que alcanzaran el nivel deseado de la compañía y para sus futuras carreras en el cuadrilátero. Algunos de los luchadores a los que entrenó fueron: Mahabali Veera, Saurav Gurjar (Sanga) y The Bollywood Boyz (los hermanos Sunil y Samir Singh).
Hoy en día, desde que Vega reabrió la IWA en el 2019, está comprometido en ayudar a la nueva cepa de luchadores que tiene una visión muy diferente sobre la industria. “Ha habido más luchadores lastimados en los últimos diez años, que en los primeros 50 años de la lucha libre”, enfatizó Vega, ya que siente que están haciendo algo mal y quizás no tienen una visión más allá que no sea la de realizar acrobacias dentro del ring.
Es por esta razón que Vega desea que la lucha libre actual poco a poco se vaya transformando en aquella con la que él creció, donde veíamos a un luchador como iba poco a poco escalando, paso a paso, hasta llevarlo al punto donde la fanaticada se levante de su silla y brinque de la emoción al culminar la lucha.
“Estoy trabajando con mi grupo en la IWA, llevando a estos jóvenes a tener esta mentalidad. Logrando esta parte, yo sé que alguno de ellos va a llevar esto a otro lado y sucesivamente”, afirmó Vega con seriedad, recordando que todo luchador debe mostrar responsabilidad y compromiso con el fanático, teniendo siempre en mente brindar el mejor espectáculo y realizar la mejor lucha.
Con casi 40 años de trayectoria, Vega considera que ha tenido una monumental carrera. Se siente eternamente agradecido con la fanaticada que lo ha apoyado durante las últimas 4 décadas. Ahora, mira hacia atrás y repasa todo lo que ha hecho y logrado en su vida, todo eso que lo ha llevado a donde está hoy día.
“Yo he sido el último de los chamaquitos, que llegó en la era de los ‘old timers’ corriendo bien fuerte. Después de ahí, par de años después, muchos se quitaron, fallecieron, etc. Pero tuve la dicha y oportunidad de trabajar con unos profesionales tremendos”, expresó Vega sobre la oportunidad que ha tenido de compartir el cuadrilátero con los pioneros de la lucha libre en la Isla y junto a ellos formar parte de las leyendas en el ring.