Una diabetes tipo 2 controlada puede garantizar al paciente una vida prolongada y de calidad. Pero, de no mantenerse en control, las complicaciones de la enfermedad pueden llevarlo hasta la muerte.
Las complicaciones en el paciente diabético son aquellas que disminuyen su calidad de vida. Entre estas, se encuentran la ceguera, las amputaciones, infartos y las neuropatías. Estas complicaciones se dividen en dos grandes grupos: las microvasculares y las macro vasculares. Entre las primeras se encuentran la retinopatía, la nefropatía y la neuropatía. Mientras que la enfermedad periferovascular y la enfermedad coronaria, se encuentran en el grupo de las macro vasculares.
Complicaciones microvasculares
• La retinopatía es un daño a la retina del ojo consistente en la neo vascularización o formación de vasos sanguíneos nuevos en la misma, los cuales son más débiles que los que se tienen de nacimiento. En este caso, puede ocurrir una de dos cosas: el exceso de vasos nuevos puede opacar la retina, obstaculizando el paso de la luz hasta los receptores, causando la disminución de la visión. Al ser tan débiles, esos vasos sanguíneos nuevos pueden romperse y el sangrado tapar parte o todo el campo visual.
• La nefropatía es un daño a los capilares del riñón, lo que hace que el sistema de filtración se deteriore, ocasionando al paciente la enfermedad terminal renal, necesitando diálisis.
• La neuropatía afecta los vasos bien pequeños que alimentan a los nervios, o al nervio directamente, dañándolos y produciendo falta de sensación o exceso de sensación en las extremidades, así como hormigueo, quemazón o dolor de la misma. Cuando disminuye la sensación en los pies, el paciente es propenso a hacerse daño, lastimándose y pueden producirse úlceras. La falta de sensación también aumenta el riesgo de traumas y fracturas, por lo que debe brindarse protección a los pies para evitar estas situaciones que pueden terminar en amputación de las extremidades. En la neuropatía, hay casos donde se pueden afectar los músculos que mueven el ojo o producirse un párpado caído causando visión doble o pobre visión. Ambas situaciones, aunque transitorias, no dejan de incomodar al paciente.
Complicaciones macro vasculares
• La enfermedad cardiovascular redunda en infartos. Un paciente diabético que nunca ha tenido un infarto tiene más probabilidad de infartar que un paciente no diabético que ya infartó. Esta es la causa de muerte número uno entre los pacientes diabéticos.
• En la enfermedad periférico-vascular se encuentran las amputaciones. Mientras más lejos del torso, más grave es el problema, porque los vasos sanguíneos se ponen más finos al tratar de compensar. Esto va a limitar la llegada de oxígeno al tejido, limitando la curación en caso de úlceras.
• La diabetes es la causa número uno de amputaciones no traumáticas, tanto en Estados Unidos como en Puerto Rico.
• Dentro de los problemas vasculares, está la parte cerebrovascular. En este caso, existe el mismo problema de la disminución de calibre —se tapan las arterias— que puede provocar que no llegue flujo a una parte del cerebro, lo que se conoce como infarto cerebral o isquemia cerebral. También, según se hacen más finas, esas vascularidades se tornan más débiles y pueden romperse y causar derrames cerebrales si acompaña la hipertensión arterial. Eso puede ocurrir hasta dos veces más en los pacientes diabéticos versus los que no tienen la enfermedad.
Estas son las complicaciones con las que debe lidiar el paciente diabético. Al hacer el diagnóstico de diabetes, el paciente puede llevar entre cinco a 10 años con la enfermedad sin saberlo, por lo que algunas de estas complicaciones ya pueden estar presentes. Es por eso que se hace necesario comenzar de inmediato la evaluación, desde que se hace el diagnóstico.
Estudios demuestran, que, si el paciente se mantiene en control de su enfermedad, se puede conseguir la disminución de estas complicaciones entre un 30% a un 50% en el caso de las microvasculares. Mientras que en el caso de las macrovasculares la disminución puede ser de un 15% a un 30%. El riesgo puede ser menor si además se controla el colesterol y la presión.
En términos generales, se ha observado, que, si el paciente pone de su parte, esos porcientos se pueden alterar todavía más. Una de las dificultades que los médicos confrontan con los pacientes es que no asumen responsabilidad del manejo de su condición.
Algunos tratamientos
El panorama referente a los controles de la enfermedad con medicamentos es alentador. Hace 20 años el tratamiento con medicamentos era limitado. Actualmente, existen inhibidores de la DPP-4, inhibidores SGLT-2, los tratamientos basados en incretinas, tratamientos noveles y efectivos, que reducen los azúcares en la sangre después de las comidas y que le aumentan las posibilidades de control al paciente.
(Fuente: NIH).
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