“No sé qué tiene esta mata, porque no sé nada de eso de ciencias, pero yo sé que cura”, ha sido la base del centenar de curanderos, espiritistas y vecinos de la Isla que la bayamonesa Calixta Vélez Adorno entrevistó durante décadas para recopilar los remedios medicinales que parten del folclor puertorriqueño.
Vélez Adorno dice ser una ‘averiguá’. Junto a familia de santigüeros, se crio interesada en los métodos de sanación que observaba y no aprendía en la escuela. Se enamoró del tema cultural con el profesor universitario Pedro Escabí, quien le asignó su trabajo final sobre plantas medicinales.
“Cuando regendí por aquellas jaldas y aquellas curvas de Bayamón, que no sabía que existían en mi pueblo natal, yo creía que conocía de plantas, pero me di cuenta que no”, sostuvo la también antropóloga sobre la curiosidad que despertó el deseo de escribir el libro Folklor medicinal puertorriqueño, dedicado al pueblo.
“Este libro tiene 500 páginas y pico. Si le seguía añadiendo, pues no podía ser. Y yo quería que fuera más asequible al pueblo, y el pueblo somos todos, que no se crean, que los que tienen doctorados y maestrías y todas esas cosas no son pueblo. Todos participamos más o menos de una cultura general”, aseguró la escritora.
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Folklor medicinal puertorriqueño presenta un listado de enfermedades y molestias junto a sus respectivos tratamientos caseros, escritos en lenguaje sencillo, evitando conceptos científicos. En el caso de la artritis, la autora escuchó que se puede aliviar con “untarse manteca de culebra en las coyunturas”, así como el dolor de barriga podría curarse con una cáscara de china seca hervida en una taza de agua, entre otras opciones que a lo largo del texto replantean el cuidado de la salud.
Durante su investigación que inició en 1970, Vélez Adorno le sorprendió el uso de las hojas de la datura arbórea, “esa es el campano, que con todo y lo prohibido que está y que es un narcótico muy potente, por ejemplo, para el asma se dejan las hojas por un tiempo en lo que se secan y ahí hacen un cigarrillo, lo fuman y el asma se le controla. Claro, yo oigo a la gente decir ‘no, pero es una planta medicinal, eso no te va a hacer nada’, eso no es así. El campano, si te ‘esmandas’ a usarlo, te puede provocar la locura”, indicó a EL VOCERO.
De acuerdo al doctor Esteban Núnez, Vélez Adorno explicó que la fórmula para consumir el remedio es hervir dos onzas de la planta, hoja o raíz por cuatro de agua. No se recomienda tomarlo al extremo.
La espontaneidad del folclor
La antropóloga ha sido testigo de lo que los entrevistados proponen, “como me dijo una de las curanderas: ‘¿y cómo usted sabe que cura?, pues porque lo he usado’”, recordó.
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De eso se trata el concepto del folclor, que según la autora es la producción más limpia y genuina de cualquier cultura, porque brota espontáneamente de la gente.
“Las personas hemos perdido la capacidad para observar. Las personas que estaban más apegadas a la tierra, como por ejemplo nuestros jíbaros, nuestros campesinos, nuestros agricultores, son muy observadores de los cambios, de las fases de la luna, de las mareas, de todo eso. Y ellos han hecho una cultura que se basa más en la observación. Eso es folclor, lo que brota espontáneamente, que no te lo enseñan en la universidad, ni en la escuela, ni nada de eso”, reflexionó.
“En las plantas medicinales pasa lo mismo. Quizás nunca has tomado una tisana de hierbabuena, pero has visto que otros la usan y les ha resultado bien”, completó.
Los remedios contenidos en Folklor Medicinal Puertorriqueño están disponibles en Librería Norberto González y Casa Norberto González Libros & Café Bar.
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